domingo, 3 de enero de 2016

LA AGROPLAZA PERTENECE A LA ALHONDIGA NO A KELVINATOR


El 30 de marzo de 2015 el entonces Alcalde Juan Soler, del PP, inauguró, con toda la pomposidad que le caracterizaba, la Agroplaza Getafe, un proyecto encargado por el Ayuntamiento y organizado por GISA SA dentro de la actuación realizada en el marco de la Iniciativa Urbana Proyecto de Regeneración Integral del Barrio de la Alhóndiga, cofinanciado al 50% por los fondos FEDER y contando con la colaboración de LYMA, Empresa Municipal de Limpieza y Medio Ambiente de Getafe.

 La exposición tuvo lugar del 30 de marzo al 12 de abril de 2015 en la Plaza de la Estación Getafe Central como  proyecto piloto de laboratorios de aprendizaje en espacios públicos, a través del cual la ciudadanía puede visitar y experimentar las Instalaciones Ecológicas Urbanas; estas instalaciones ecológicas son piezas de mobiliario urbano innovadoras con el que se favorece la transformación del espacio público y el urbanismo para mejorar la calidad de vida de comunidades y habitantes a través de su participación. Se trata de espacios de estancia y encuentro que incorporan sistemas para la difusión de prácticas sostenibles en relación a importantes recursos: Cultivo y Alimentación, Energía, Agua y Residuos. Incluyen desde una muestra de diferentes tipos de huertos urbanos hasta sistemas para la depuración de agua, espacios para el intercambio y reducción de residuos y espacios lúdicos que producen energía a través del juego.

Lamentablemente, como ya dijimos en su momento, de instalaciones ecológicas tenían poco. Las estructuras se construyeron con madera de árboles recién talados en lugar de con materiales de madera u otros materiales reciclados. Destruir bosques para montar una exposición de talleres de reciclaje no es lógico. Y es antiecológico. Pero, en fin, ahí está, por mucho que nos duela la muerte de unos cuantos árboles para el montaje de la exposición.

Oscurantismo en la inversión

Desde su inauguración, los vecinos y vecinas de la Alhóndiga hemos estado preguntando cuál ha sido el coste real de ese proyecto encargado a los arquitectos de Pez Estudio. Sin obtener respuesta. Tampoco hemos obtenido resultado alguno indagando en internet y las redes sociales. Ni en las páginas oficiales del Ayuntamiento, ni en GISA, ni en actas de Juntas de Gobierno. También hemos recurrido a otras fuentes, como los autores del proyecto, que dicen desconocer la información del monto total, alegando que han participado varios estudios y empresas y desconocen las cuentas reales del Ayuntamiento.

Ese gasto, como muchos otros del Ayuntamiento, permanece en el más absoluto de los secretos, siendo “material reservado y clasificado” a ojos de los vecinos y vecinas de Getafe. Ni que el Ayuntamiento de Getafe fuese la CIA, el KGB o el MI6 o El Mosad, aunque en muchas ocasiones sea algo parecido a eso.

No sabemos si eso tendrá algo que ver con la “transparencia” en la gestión de la que tanto presumen los políticos últimamente. Vale que el PP no demostrara nada de transparencia. Es su estilo. Pero el nuevo gobierno local, presidido por Sara Hernández, del PSOE, que tanto pregonó durante la campaña electoral un cambio en la gestión con un “Ayuntamiento provisto de paredes de cristal”, sigue en la misma línea, porque tampoco es nada transparente en su gestión. Es, incluso, más opaco aún que el del PP.

En fin, dejando aparte otros temas de transparencia, el caso es que la Agroplaza, financiada en un 50%  con fondos del Plan URBAN, un dinero procedente de Europa a través de los Fondos FEDER, es un tema tabú para los vecinos y vecinas de Getafe, en lo referente a su coste económico. Casi siete meses después esa información sigue siendo “top secret”.

Destino final de la Agroplaza.

Pero, rizando el rizo, la opacidad no sólo se centra en su coste económico. También existe en cuanto a su destino final tras el cierre de la exposición temporal.

Todo un proyecto muy bonito con finalidad educativa a través de sus diferentes secciones para lograr una ciudad más sostenible, y diseñado para su permanencia permanente en el barrio de la Alhóndiga.

Sin embargo, esa permanencia no ha sido tal. Cuando se cerró la exposición, poco antes de las elecciones locales de mayo, fue trasladada durante unos meses a un solar de la calle Madrid propiedad del conocido constructor Felipe González, sin poder ser utilizada por los vecinos. Por cierto, haciendo un paréntesis, Felipe González es también conocido por la polémica suscitada a raíz de la denuncia de Izquierda Unida, hoy aliada de Gobierno del PSOE Getafe, llevada a pleno, sobre la posible ilegalidad urbanística de la terraza su local de copas en Kelvinator. Terraza que, incumpliendo la normativa urbanística, sin haber sido modificada ni derruida, aún sigue en funcionamiento con el beneplácito del Ayuntamiento.

Volviendo al asunto que nos importa. Tras haber estado allí un tiempo, fue desmontada y trasladada a un almacén municipal a la espera de su ubicación definitiva en la Alhóndiga.

Sin embargo, este mes de diciembre nos enteramos por un medio local, Noticias para municipios, que el Ayuntamiento de Getafe, a la chita callando,  ha iniciado el movimiento de tierras necesario para adecuar el suelo de un solar junto al nuevo edificio de Hacienda para proceder a su nivelación y firmeza y al desbroce e instalar allí la Agroplaza.

Curioso, ¿no? Una parcela junto a la nueva delegación de Hacienda, a pocos metros del controvertido local del constructor Felipe González en …… EL ROSÓN-KELVINATOR. O sea, fuera del barrio de la Alhóndiga.

Y todo eso sin conocimiento del vecindario de la Alhóndiga. Esta vez nuestra querida alcaldesa no ha convocado ninguna asamblea vecinal para decidir de forma consensuada y participativa la definitiva ubicación de la Agroplaza, tal y como ha acostumbrado últimamente para otras decisiones como el diseño de la plaza Tirso de Molina o la remodelación de algunas calles del barrio. Aunque a fuer de ser sinceros, esas asambleas son ficticias y no sirven para nada puesto que la alcaldesa, al final, hace lo que quiere sin contar con la opinión vecinal.

Sin ir más lejos, la remodelación de la plaza de Tirso de Molina se ha realizado según la idea original del PP y Juan Soler. De consenso y participación nada de nada, a pesar de la única asamblea convocada por el Ayuntamiento para debatir este tema. Pocos cambios se han admitido y pocas críticas se han aceptado. Más bien se han tapado los oídos cuando los vecinos se han reunido en asamblea (ha habido varias desde mayo, todas ellas sin la presencia del ayuntamiento ya que se trataba de convocatorias hechas por un movimiento vecinal) y han hecho su propio diseño de la plaza. El resultado es una plaza nueva que los vecinos y vecinas del barrio califican como el nuevo “cementerio” municipal por su estética de camposanto, y critican sus numerosos defectos y su falta de adecuación a las exigencias y propuestas de los vecinos. Pero eso será objeto de otro comentario.

Volviendo a la Agroplaza. Ante la noticia publicada en los distintos medios locales (el primero Noticias Para Municipios a mediados de diciembre) varios vecinos nos han comentado que por parte del AMPA del Miguel Hernández se había propuesto al Ayuntamiento que la parte destinada a formación en huertos urbanos se ubicase en el colegio MIGUEL HERNÁNDEZ, que ya cuenta con un proyecto educativo en ese sentido. 

El resto de instalaciones se instalaría en alguna plaza de la Alhóndiga o bien distribuidas por los paseos y plazas del barrio.

Llama poderosamente la atención que se anuncie en prensa la ubicación en la Alhóndiga y con dinero del plan Urban en una zona que NO PERTENECE a la Alhóndiga y, además, es un barrio nuevo que no necesita la regeneración ni la dinamización para la que se diseñó el citado plan.

Y más llama la atención que el PSOE, durante las sucesivas campañas electorales de 2015 ha diferenciado nítidamente la Alhóndiga de Kelvinator y El Rosón. Para unas cosas sí y para otras no. La volubilidad del PSOE Getafe.

¿Motivo de considerar a este barrio nuevo como Alhóndiga? La brillante y absurda idea que tuvo el entonces gobierno municipal del PSOE al diseñar el nuevo modelo de ciudad de no cambiar la distribución administrativa de Getafe, e incluir los barrios nuevos en los ya existentes, sin motivo ni fundamento alguno. Así, Kelvinator y El Rosón acabaron formando parte, ficticiamente y por arte de birlibirloque, de la Alhóndiga; y Los Molinos y Buenavista del Sector 3. (Recordemos que los Molinos está lindando con Villaverde, en la otra punta del municipio y Buenavista con Leganés y ambos alejados del núcleo del Sector 3).

De esta forma, el dinero de la regeneración de una barrio antiguo y necesitado de inversiones como la Alhóndiga, canalizado en un plan de mejoras a cargo de la UE específicamente para ello, se ha despilfarrado en barrios nuevos mientras la Alhóndiga sigue con sus carencias.

Muchas veces nos preguntamos qué pasaría si la UE tuviese conocimiento real del destino del dinero de sus subvenciones. ¿Sancionarían al Ayuntamiento?

Pues en esas estamos. La Agroplaza ubicada fuera de la Alhóndiga y costeada con dinero del plan urban de la Alhóndiga. ¿Cuantía de la inversión? Pues, otra vez, “top secret”. Nadie ha hecho público el dato. La transparencia la dejamos para otro momento, no sea que en Europa se enteren de los desaguisados del Ayuntamiento y haya que devolver los millones de euros gastados indebidamente. ¿Para qué quiere saber el vecindario en qué se gasta el dinero el Ayuntamiento? Se olvidan que ese dinero es de todos y ellos son sólo unos gestores que deben dar cuenta de cada céntimo que se gastan, aunque sea comprar un sacapuntas en la papelería de la esquina.

Finalidad de la Agroplaza.

En cuanto al destino educativo de la Agroplaza también existe un mutismo total por parte del Ayuntamiento. Tan sólo se ha limitado a decir que el recinto estará vallado y sólo se abrirá para visitas de colegios, asociaciones o citas establecidas, asegurando que “no se molestará a los vecinos”.

De inversión en contratación de monitores especializados, elaboración de proyectos, cursos, actividades, talleres,…. Ni mú. De hecho, ni se contempla en los presupuestos. Y, por supuesto, de contar con la participación ciudadana e informar a la vecindad, nada de nada. ¿Para qué, si lo puede decidir todo de forma unilateral nuestra ínclita alcaldesa en su habitual ordeno y mando?

Mucho nos tememos que la Agroplaza morirá en su nueva ubicación sin uso alguno y con falta de mantenimiento. Otra inversión tirada a la basura. Y unos árboles asesinados para nada.

La Alhóndiga.

Dada la postura de mutismo total del resto de asociaciones y colectivos del barrio, los Vecinos y Vecinas de la Alhóndiga Rufino Castro queremos denunciar públicamente esta tropelía y hacer un llamamiento al resto de los vecinos y vecinas para que se unan en nuestra protesta y en nuestra reivindicación de la Agroplaza para el barrio de la Alhóndiga. Es un proyecto nuestro pagado y financiado con dinero de la Alhóndiga. No permitamos que nos la roben como querían hacer (y en cierto modo han hecho) con Tirso de Molina.

Seguimos siendo un barrio alegre, activo y combativo.

FELIZ Y REIVINDICATIVO AÑO NUEVO 2016. SOMOS ALHONDIGA.
Si queréis contactar con nosotros:
Tuiter: @alhondigueros
Facebook: Rufino Castro -Alhondiga.

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